Blanca Padilla: la nueva generación de modelos que sí importa.

Más importante que ser el ángel que viajaba en metro, es el ángel que no se quedó callada. 

La presencia de modelos españolas en las pasarelas más importantes de Nueva York, Londres, Milán y París ha sido constante, de relativo bajo perfil, pero constante. 

Esther Cañadas y Eugenia Silva caminaron para importantes firmas en los noventas. En los últimos años lo han hecho chicas como Dalianah Arekion (favorita de Givenchy y Chanel en 2013) Afrodita Dorado Dominguez, Mayka Merino y Steffy Argelich, y recientemente Nuria Rothschild (quien fue exclusiva para Saint Laurent en el desfile donde Anthony Vaccarello debutó como director creativo). 

Esta nueva generación de modelos españolas tiene, sin embargo, una líder. La abanderada de este movimiento, nacida en 1995 en Madrid, es Blanca Padilla.


Polaroid digital de Blanca publicada por su agencia en Nueva York, NEXT, para la temporada SS17.

La historia de cómo Blanca Padilla fue descubierta es una que a la prensa de su país le encanta repetir porque tiene todos los elementos para ser una historia fantástica: a) una chica a la que nunca se le había pasado por la cabeza ser modelo, b) un lugar inusual y alejado del glamour de la moda, c) un insistente y futuro mánager, y, claro, d) mucha suerte.

Así, enfrascada en sus estudios de publicidad y relaciones publicidad, Blanca Padilla fue descubierta en el metro de Madrid por su futuro mánager, Ignacio Aysha, quien después de mucho insistir, le convenció de intentar una carrera como modelo que desde 2013 (el año en que ocurrió esta historia) no ha hecho más que crecer. 

Como su colega Mica Arganaraz en Argentina, Blanca encontró en sus primeros años como modelo (y aún encuentra) apoyo de la industria de la moda de su país. Ha participado en Barcelona Bridal Week, en las semanas de la moda de Madrid y Barcelona, ha aparecido numerosas veces en editoriales y portadas para revistas como Yo Dona, Telva o las ediciones españolas de Cosmopolitan, ELLE y Vogue, y ha protagonizado las campañas de firmas como Acosta. 

Este apoyo le hizo relativamente más fácil la entrada a la industria internacional de la mano de la agencia Next (que la representa en Nueva York, Londres, Milán y París). 

Así desde la temporada de otoño-invierno 2014, ha caminado para firmas como Valentino, Versace, Moschino o Brandon Maxwell, además de convertirse en la favorita de firmas como Dolce & Gabbana (ha caminado siete veces para la firma, además de protagonizar la campaña de primavera-verano 2015) o Armani (ha caminado seis veces para Giorgio Armani y dos para Emporio Armani). 

En 2014 se convirtió en la quinta española en caminar en el desfile anual de Victoria's Secret. 

Pasarela de Dolce and Gabbana FW15.

Además, si bien Blanca ya era más o menos famosa por ser una de las modelos españolas más exitosas de los últimos años, se hizo todavía más conocida a finales de 2015 cuando habló de ese lado oscuro de la industria de la moda y el modelaje, no por haber dado declaraciones nunca antes ofrecidas sino por hacerlas cuando su carrera estaba en su mejor momento. Y es que hablar de la mucha cocaína que hay en el mundo de la moda o que eso de que las modelos vomitan y se matan de hambre no es una exageración de los detractores de la moda como Blanca lo dijo en su entrevista con Risto Mejide para el programa español "Al Rincón" es algo de lo las modelos suelen hablar cuando ya se han alejado del mundo del modelaje.

Muchos supusieron y con bastante razón, que su carrera acabaría allí mismo. No sucedió, por supuesto, a pesar de que las declaraciones suscitaron algunas molestias hasta por parte de su mánager quien dijo que Blanca no debió de haber hablado tan mal de la industria que le paga una "cifra altísima" de dinero por cada hora de trabajo, aunque aceptó que la presión sobre las modelos y sus cuerpos es muy fuerte y que incluso la propia Blanca había sufrido por ello cuando fue despreciada por parte de varias revistas españolas por tener un kilo de más. 

El peso, de hecho, estuvo relacionado con la segunda polémica en la que Blanca se vio envuelta poco después. Blanca, entonces, hizo lo impensable: criticar a Gigi Hadid. 

Cuando la mayor de las hermanas Hadid se defendió de aquellos usuarios de internet que la menospreciaban por "sus curvas", diciendo que ella representaba a un nuevo tipo de mujer con un nuevo tipo de cuerpo que antes no era aceptado en el mundo de la moda y que era afortunada por contar con el apoyo de diseñadores, estilistas y editores, Blanca dijo que "no tengo problema con el hecho de que sea una chica con curvas. Apoyo lo que dice Gigi. Pero sí yo me presentara con sus medidas a los casting, me mandarían a casa a perder peso. La mayoría de nosotras tiene que ajustarse a las medidas porque de lo contrario no conseguimos el trabajo, mientras que otras tienen el privilegio de decir que los diseñadores aman sus curvas. ¿Bueno, entonces por qué te quieren? Quizá los millones de seguidores en instagram tengan que ver algo con eso también. Hay modelos muy buenas que no saben usar las redes, pues que no desfilan tanto. Es extraño lo que está pasando. Si yo no estoy perfecta no trabajo, Gigi sí".

Blanca Padilla es, entonces, una modelo peculiar: no se guarda nada, algo que, pienso, debería de celebrarse en lugar de condenarse. Se puede contar, con una mano, el número de modelos que son lo suficientemente valientes como para hablar de las cosas que todos piensan pero nadie dice, especialmente cuando tienen carreras tan fructíferas. 

Contrario a lo que muchos pensaron (y probablemente, querían), la carrera de Blanca Padilla no ha acabado (en el pasado mes de la moda hizo una decena de shows además de tener una semi-exclusiva con Givenchy) y no lo hará pronto.



E N T R A D A S P O P U L A R E S