Valentino otoño / invierno 2017 (menswear).

En su primera colección para hombres desde que asumiera en solitario la dirección creativa de Valentino, Pierpaolo Piccioli recurrió al punk para hablar de fragilidad, masculinidad y nuevos comienzos.

Fotografía vía Now Fashion.

El año es 1977. La reina Isabel II de Reino Unido celebra, con fiestas y eventos, su jubileo de plata que marca sus primeros veinticinco años como monarca. En medio de las celebraciones, Virgin Records lanza el sencillo "God Save The Queen" que aparecerá en el único álbum de una banda que recién han firmado: los Sex Pistols. 

Quizá todos sepan o no, la historia de esta canción y de la mítica banda de punk representada por Malcolm McLaren. 

"God Save The Queen" no solo fue polémica por su letra y los "eventos" con los que fue promocionada (McLaren simpatizante de las ideas situacionistas que promovian actos de provocación casi siempre absurdos como medio de la promulgación de cambios sociales, organizó que la banda se subiera a un bote y navegaran por el río Támesis y tocaran la canción mientras pasaban por Westminster y el parlamento, un suceso que terminó con todos siendo arrestados), también lo fue por su portada realizada por Jamie Reid. Hay dos versiones de la misma: ambas basadas en una fotografía que Cecil Beaton tomó de la reina Isabel II, en una sus ojos y su boca estaban cubiertas por el nombre de la banda y el titulo de la canción, mientras que en la otra, Reid había agregado un safety pin a su nariz y esvásticas a sus ojos. Si bien esta última fotografía ha sido nombrada como la imagen más icónica de la era punk, fue sumamente polémica en aquellos tiempos, naturalmente. Pero ese era precisamente el punto de Reid que se ha manifestado en prácticamente toda su obra. 

A través de su trabajo no solo con la mítica banda punk sino también con el movimiento estudiantil francés del 68, los Situacionistas y los anarquistas (co-fundó la revista anarquista Suburban Press en 1970), Reid desarrolló una estética, ahora icónica, en la que incorporaba recortes de revistas para la creación de collages o para alterar obras, para así poner en evidencia lo absurdo de los símbolos de la sociedad capitalista. 

Resulta incluso gracioso, entonces, saber que ahora Jamie Reid colaboró con la firma francesa Valentino para la colección de su división masculina correspondiente a la temporada de otoño-invierno 2017 presentada en París. ¿No es acaso la industria de la moda una de las expresiones mayores del capitalismo? Sí, por supuesto, pero no es un caso, como podría entenderse, de comprometer los ideales o venderse al mejor postor, y me gustaría explicar esto tanto como sea posible.



En primer lugar, el punk y los asuntos situacionistas en los que Reid se involucró durante los sesentas y setentas terminaron hace largo tiempo, y, desde principios de los noventa, el arte disidente ha formado parte de las instituciones que tanto habían criticado en el pasado. Como menciona el escritor español Servando Rocha en su texto Jamie Reid: de la utopía de mayo del 68 a la estética del caos de los Sex Pistols, muchos artistas, entre ellos Reid, vieron esta inclusión como una oportunidad para que su arte y por consiguiente sus ideas llegaran a un publico más amplio. 

En segundo lugar, si bien esta es la primera colaboración de Reid con una casa de modas, no es la primera vez que el artista tiene algo que ver con la ropa. Durante los años en que apoyo el movimiento estudiantil sesentayochista, Reid creó playeras con distintos lemas como "Solo los anarquistas son hermosos" o "Sé realista, pide lo imposible". Cuando trabajó en conjunto con Malcolm McLaren, el también dueño de la tienda SEX (junto a su legendaria novia Vivienne Westwood), Reid creó una serie de playeras con el nombre de la tienda y la palabra "Destroy" rodeada de esvásticas y la "A" anarquista.

Para su colaboración con Valentino, Jamie Reid permitió que Pierpaolo Piccioli, el director creativo de la firma, utilizara, no solo dos lemas creados por él sino también su ya mencionada estética DIY: "Beauty is a birthright, reclaim your heritage" (La belleza es un derecho de nacimiento, recupera tu herencia) y "It seemed to be the end, until the next beginning" (Parecía ser el final, hasta el siguiente comienzo) fueron cosidos y estampados en gorras, camisetas, suéteres, tote bags y en la parte trasera de algunos abrigos.






Los lemas parecían una referencia a muchas cosas: al estado caótico en el que el mundo se encuentra en estos momentos, a la propia situación de Piccioli quien asumió él solo la dirección creativa de la firma una vez que su compañera Maria Grazia Chiuri se fue a Dior, e incluso, el cómo entendemos la masculinidad.

Y es que la estética DIY-punk de Reid no es algo que uno esperaría ver en una firma tan elegante e incluso rigurosa como Valentino pero Pierpaolo Piccioli se encargó de crear una muy buena apología a través de sus diseños. El resto de la colección contrastaba enormemente con las vibras punk de los lemas de Reid: tenis deportivos, chaquetas cortadas con la precisión de un sastre, chalecos con estampado de rombos y una paleta de colores donde abundaba el café, el beige y el verde claro. Era el outfit de un chico menos rudo que el típico punk... y ese era precisamente el punto. 



Piccioli dijo en el backstage que "los hombros han, definitivamente, cambiado más que las mujeres en las últimas dos décadas. Comencé esta colección retomando la idea del caballero. Para mí, hoy en día significa ser un hombre amable. La amabilidad es una expresión de libertad. Expresar tu fragilidad es la nueva fuerza".

Porque la belleza, ya se dijo, es un derecho de nacimiento y, como yo lo entiendo, puede ser entendida como uno quiera y no como la sociedad no lo quiera imponer. Y eso... eso es bastante punk.

Fotografías de la pasarela por Yannis Vlamos / Indigital.tv vía Vogue.

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