Los diseños más relevantes de la semana de alta costura primavera / verano 2017.

Como ya lo escribí en la reseña del desfile de alta costura de Chanel, los diversos cambios que se han introducido en la industria de la moda recientemente me han hecho reflexionar sobre lo qué verdaderamente debería de importarnos sobre las colecciones y los desfiles, especialmente cuando respecta a la alta costura: los diseños.

Siempre he sido de ese grupo de personas que ven a la moda no solo como una forma de expresión artística sino como arte mismo, así que pienso que ponerle más atención a los diseños sobre las extravagantes escenografías, los casts y demás aditamentos extras, ayudarán a romper el tabú de que la moda no es arte y, por supuesto, a apreciar mejor, al menos, la alta costura a la que últimamente hemos tachado de inútil (¿que no el mundo esta enfrentando cosas menos frívolas? ¿que no estamos a nada de otra crisis económica?). No significa, aclaro, que dejare de escribir reseñas (¡amo escribir reseñas!) pero, en este momento de la vida, de la semana de la moda, quiero concentrarme solo en los diseños más relevantes que, según yo, evocan el espíritu de la alta costura.  

Dior Couture. 

La colección de alta costura para primavera-verano 2017 de Dior fue la primera que la nueva directora creativa Maria Grazia Chiuri crea para la firma. Presentada en un jardín de ensueño, el concepto principal de la colección fue crear alta costura que, básicamente, se pudiera usar cómodamente por eso abundaron las bar jackets, los vestidos de formas sencillas y materiales nada extravagantes. La colección final no fue mucho de mi agrado porque si quisiera ver vestidos comunes podría remitirme a la línea ready-to-wear de la firma, sin embargo, mucho del trabajo aplicado a esta colección fue lo que verdaderamente valió la pena. De los sesenta y un looks que conformaron la colección, me pareció que el más destacado fue el look 56: una reinterpretación del famoso "Junon" diseñado por Christian Dior en los 50's. La versión 2017 esta hecha por completo de tul transparente en distintas tonalidades; la falda esta compuesta por "pétalos" de tela que van siendo manipulados para que los pliegues sean más estrechos en la parte superior. 



Iris Van Herpen.

Si se esta un poco harto de las técnicas tradicionales que abundan en la semana de alta costura de París, lo mejor es hablar de Iris Van Herpen, una firma/diseñadora cuyos diseños que te remiten a exoesqueletos high fashion son hechos con las técnicas más grandiosas que uno se pueda o no imaginar. En palabras de Vanessa Friedman, "Van Herpen nunca ha sido alguien que fetichice el pasado y las técnicas tradicionales: su enfoque está en las transformaciones forjadas por la tecnología y cómo estas cambian nuestra comprensión y perspectiva de lo que es posible". 

Para esta colección, además de trabajar con su habitual colaborador el arquitecto Philip Beesley, la diseñadora Iris Van Herpen trabajó con la artista alemana Esther Stocker. Juntos crearon una extraordinaria colección de dieciséis looks aunque me gustaría destacar el 1, el 9 y el 16. 

El vestido que abrió la colección esta hecho nada más y nada menos que de un molde de poliuterano cosido a un vestido de tul. El molde fue fundido y las líneas del vestido fueron pintadas a mano mediante un molde de inyección.



El vestido del look 9 consistió en delgados cortes de seda que juntos, en el vestido de mangas largas, creaban una asombrosa ilusión óptica. 


El vestido que cerró el show, el 16, es uno de los mejores que he visto. Fue hecho en seis fases diferentes a lo largo de 1,400 horas: en resumen, se hizo el diseño a computadora, se mando el molde a una compañía especialista en el cortado láser que creó varias piezas de plexiglas que luego fueron enviadas a una compañía que las moldeó con una técnica de moldeado al vacío para hacerlas en 3-D. A esos moldes se les agregó poliuterano transparente liquido con una hoja iridiscente en la parte posterior. Estos moldes fueron cosidos sobre un molde más grande de polietileno que fue moldeado con aire caliente que, a su vez, fue cosida a mano a un vestido de tul. El producto final pesa casi 15 kilos. 


Atelier Versace.

Por primera vez desde 2012, la línea de alta costura de Versace no inauguró la semana de alta costura en París como la firma lo anunció hace unos días. En lugar de un desfile lleno de topmodels, la nueva colección fue presentada en un lookbook protagonizado por Kiki Willems y Natasha Poly.

¿Los diseños destacados? Bueno, casi toda la colección fue grandiosa porque en lugar de presentar casi cuarenta looks como era habitual, la nueva colección de Atelier Versace se redujo a 17 por lo que el concepto, la metamorfosis, no se desgastó. Los más relevantes para mí, o al menos los que focalizan a la perfección el concepto de la colección fueron el look 1, 5, 10, y 17. 

El look 1 es un mini vestido hecho con cuerdas incrustadas con cristales Swarovsky anudadas a mano; el look 5 consiste en un vestido de un solo hombro donde el tul se combina con una malla de cristales Swarovsky y plumas en el borde de la falda; el look 10 es un mini vestido strapless hecho de seda sobre la cual se bordaron cristales Swarovsky formando un patrón idéntico a la piel de cocodrilo que, hacia el borde del vestido, se convertían en delicados flecos; el último look es una especie de jaula de cristales Swarovsky sobre la cual se colocó tul drapeado que en distintas partes del vestido fue manipulado para hacer abanicos plisados.




Fotografías vía Vogue.
Maison Margiela "Artisanal". 

John Galliano no es un hombre ajeno a la alta costura. Su gran (y ¿por qué no? tormentosa) carrera ha estado plagada de momentos cumbres relacionados a la alta costura ya sea en su propia firma, en Givenchy, en Dior (¡ah! ¿recuerdan esos diseños? haute couture en su máxima expresión) o, como ahora, en Maison Margiela donde, a mi parecer, Galliano parece más cómodo que nunca. Desde que hiciera su debut con la firma, precisamente con una colección de alta costura en la primavera de 2015, Galliano nos ha mostrado porqué es el director perfecto para una firma como Maison Margiela con sus ejercicios de deconstrucción y reconstrucción. Las técnicas adicionales no se quedan atrás. 

Para su colección de alta costura de esta temporada, además de reinterpretar las icónicas tabi boots de la firma, otro momento (y diseño) significativo de la colección vino de la mano del penúltimo look: un abrigo blanco adornado con un gigantesco rostro de tul creado a mano por el artista británico Benjamin Shine.  


Fotografía vía Vogue.

Givenchy Couture.


Como dicta la tradición en Givenchy, Riccardo Tisci presentó los trece diseños que componen su colección para primavera-verano 2017 de alta costura en la misma pasarela donde se presentaba su nueva colección para hombres en París días antes del comienzo de la semana de alta costura oficial. Días después fueron presentados a la prensa en un hotel y luego el lookbook oficial fue publicado.

¿Los diseños destacados? Aquellos en el look 6 y 13 modelados por Yasmin Wijnaldum y Blanca Padilla respectivamente. El primero es un vestido conformado por cientos de pequeños atrapa-sueños hechos a mano, cosidos entre sí que tardó 2,000 horas en crearse; el segundo es un vestido largo de tul transparente adornado con tres tipos diferentes de plumas: de gallo, de faisán y de avestruz, cortadas de diferentes tamaños y teñidas de un precioso rosa pálido.




Fotografías de Max Von Gumppenberg y Patrick Biener vía Givenchy.
Valentino.

La colección de alta costura para primavera-verano 2017 de Valentino fue la primera que Pierpaolo Piccioli produce en solitario desde que su compañera Maria Grazia Chiuri partiera a Dior. Si bien la colección tuvo diseños y formas mucho más sencillas que las colecciones anteriores de la firma (y sin nada de tul de por medio puesto que al parecer eso era asunto de Chiuri), la manufactura de la colección siguió siendo impecable y sorprendente. Los plisados y los volantes fueron constantes en esta colección inspirada en la mitología griega, por ello uno de los diseños más destacados es precisamente aquel que incorporó dichas técnicas: el look 36, por ejemplo, el único vestido rosa de la colección, esta cubierto de tiras de tela manipuladas a mano para formar pequeños volantes y cada uno esta cosido a mano individualmente.


Fotografía vía Vogue.

E N T R A D A S P O P U L A R E S