Lo más relevante de las colecciones de hombres para otoño / invierno 2017.

Aunque tu novio lleve usando el mismo pantalón Vans desde hace una semana, resulta que hay toda una sección de la industria de la moda dedicada a producir ropa para hombres y no de forma menos dedicada que la sección dedicada a las mujeres. Múltiples firmas tienen una división de ropa masculina o son exclusivamente de ropa masculina. Así que no hablamos de producción estilo fast fashion: hay toda una conceptualización alrededor de las colecciones mismas que son presentadas en semanas de la moda especializadas. De hecho, las semanas de la moda dedicadas al menswear donde se presentaron las colecciones para otoño-invierno 2017, abrieron las actividades de la industria de la moda del año fungiendo como antecesoras a la semana de alta costura en París y "el mes mayor" de las presentaciones de las colecciones ready-to-wear para mujeres. 

Pero todo lo anterior seguramente ya lo saben (o a estas alturas del post ya lo saben) por lo que este post, en esencia, trata de lo más relevante de las colecciones para hombres correspondientes a la temporada de otoño-invierno 2017.

Las primeras colecciones a la temporada ya dicha, comenzaron a presentarse, como siempre, en Londres. Ahí, comenzaron los polémicos casts de la mano de Topman Design cuyo highlight más importante fue recurrir al nepotismo en la industria del modelaje (tan común últimamente) e incluir como uno de sus modelos principales al hijo de Liam Gallagher, Lennon. 

Fotografía por Jason Lloyd Evans.
La mayor polémica respecto a casts, sin embargo, sucedió en el primer día de la semana de la moda en Milán cuando un puñado de hijos de famosos, estrellas de vine y youtube, actores, raperos, entre otros, modelaron la última colección de Dolce & Gabbana, haciendo que todo el mundo en el internet perdiera la cabeza y se lamentara de lo bajo que ha caído la industria últimamente. Sin embargo, como escribí en la reseña correspondiente al show, es sumamente significativo que estos jóvenes influyentes dejen de ser vistos como un asiento lleno en la front-row que hará que de la firma la más popular en instagram, y comiencen a ser vistos como parte esencial de la industria de la moda. Este cast nos recordó que no debemos dejar que la industria envejezca, que tiene que estar en manos jóvenes y diversas (el cast incluyó un amplio rango de nacionalidades; hubo chicos de China, México, España, Inglaterra, Holanda, EUA, Corea del Sur, entre otros) porque los milleanials son completamente capaces. 

Fotografía vía pagina de facebook de la firma.

Así, Milán comenzó a tomar en cuenta los asuntos de diversidad en sus pasarelas por primera vez en mucho tiempo. Sabemos, por ejemplo, que Prada ha tratado de reivindicar desde hace algunas temporadas la falta de diversidad que caracterizó a la firma por años, tanto en su división para hombres como para mujeres. En su presentación (donde, como siempre, combinó la colección otoño-invierno para hombres con la colección pre-fall para mujeres), hubo modelos de todas las nacionalidades para representar el alcance internacional de Prada como 
el senegalés Alpha Dia, el caboverdiano Joaquim Arnell o el coreano Jeong Yong Soo, quienes modelaron los diseños minimalistas con toques setenteros de Miuccia Prada. 



Fotografías de la pasarela por Monica Feudi vía Vogue Runway, fotografía del backstage por Virginia Arcaro para Dazed.

Versace
 también incursionó en la diversidad, no solo de nacionalidades y tonos de piel, sino también de cuerpos. El hombre Versace, habitualmente musculoso, exuberante, de pelo corto y, por supuesto, caucásico, ya no lo es más. El cast, armado por Piergiorgio del Moro, incluyó a un montón de chicos delgados, andróginos y... bueno, normales. 

Y es que pareciera que con la división para hombres de su firma, Donatella Versace se aventura más a experimentar y cambiar algunos detalles que con la división para mujeres, probablemente porque de esta última siempre se espera que defienda los diseños deportivos chic y el poder femenino. 

Según lo que vimos en la presentación de su colección para hombres de otoño-invierno 2017, el hombre Versace optará por trajes y lentes oscuros que combinará con suéteres de cuello alto, pantalones de tartán rojo, cadenas y guantes de piel; además, si no se rapa, llevará el pelo sobre los ojos à la emo, todo esto de acuerdo a lo que vimos en la presentación de la colección que fue abierta y cerrada por el modelo nigeriano Davidson Obennedo. 



Fotografías del backstage por  Martina Ferrara y  Raia Maria Laura; fotografía de la pasarela por Yannis Vlamos.

La colección de Versace no sería la única ocasión en que el espíritu punk se presentaría en estas semanas. Si bien Vivienne Westwood sigue siendo la firma punk por excelencia, otras firmas hicieron lo suyo como Haider Ackermann, diseñador que para la colección de su firma homónima no recurrió tanto a la filosofía punk como a su estética. El diseñador retornó a sus clásicas colecciones oscuras aunque en esta ocasión, los atisbos de color en los outfits que portaban los modelos casi rapados, provenían de pantalones de tartán, pantalones y chaquetas de cuero, y estampados bicolor donde dominaba la pata de gallo.

Fotografía del backstage de Haider Ackermann por Lucie Rox para Dazed.

El epítome de la relación entre el punk y la moda esta temporada, sin embargo, se llevó a cabo en París de la mano de Valentino. Para su primera colección para hombres que diseña en solitario desde que se convirtiera en el único director creativo de la firma tras la partida de Maria Grazia Chiuri a Dior, Pierpaolo Piccioli colaboró con Jamie Reid, el legendario artista conocido principalmente por el artwork que creó para los Sex Pistols. La colaboración consistió en dos lemas cosidos y estampados en diversas prendas que, como escribí en la reseña del desfile, nos remitían a muchas cosas entre ellas el estado caótico en el que se encuentra el mundo, la propia situación de Valentino e, incluso, el cómo entendemos la masculinidad.

Fotografía por Yannis Vlamos.
Otro guiño al arte, aunque en este caso al arte más tradicional, ocurrió en J.W. Anderson quien para esta temporada decidió inspirarse en el bagaje cultural de Gran Bretaña para su nueva colección: la colorida paleta de colores imperante en más de la mitad de los 39 looks, por ejemplo, fue influenciada por el trabajo de dos pintores ingleses, David Hockney y Patrick Caulfield, mientras que el crochet que adornó las mejores piezas de la colección (¡crochet en hombres! ¡Que hermosos tiempos para estar vivos!) también fue incluido, en palabras del diseñador, por ser el epítome de la artesanía británica. 





Fotografías del backstage por Chloé Le Drezen; fotografía de la pasarela por Kim Weston Arnold.
Retomando las colaboraciones, estas abundaron desde Nueva York hasta París. La primera de ellas, sin embargo, ocurrió fuera de las cuatro ciudades donde oficialmente se lleva a cabo las semanas de la moda: Gosha Rubchinskiy, uno de los diseñadores rusos favoritos de la industria, presentó su nueva colección en la ciudad de Kaliningrado, en lugar de París como lo ha hecho desde 2014. La colección incluía una colaboración con Adidas que consistía en sudaderas y camisetas con el logo de la marca y la palabra “football” en alfabeto cirílico, y dos nuevos diseños de tenis. La colaboración entre Rubchinskiy y Adidas durará por lo menos hasta 2018 cuando Rusia sea el país anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA.


Fotografías por Victor Boyko.
Pero quizá la colaboración más significativa y la que más dividió a los insiders de la industria de la moda, fue la de Louis Vuitton con su antiguo enemigo Supreme (a principios del siglo XIX, la firma francesa demandó a Supreme por incluir su logo en parte de su mercancía sin permiso e incluso pidió que todos los artículos fueran quemados para evitar su circulación en el mercado). En una colección diseñada por Kim Jones, el director creativo de la división para hombres de la firma, que no tenía nada de especial, repleta de pantalones y camisetas holgadas, las letras blancas de Supreme fueron incorporadas sobre piezas como bolsos, maletines y chaquetas, y entre el icónico monogram de la firma en camisetas que las hacían lucir como un artículo de imitación. Algunos amaron la colaboración por supuesto (muchos chiquillos blancos están pensando cómo van a cubrir el alto costo que seguramente alcanzaran las piezas, el rapero Travis Scott promocionó algunas piezas en su cuenta de instagram y la Carine Roitfeld fue vista en la front-row con una de las camisetas de la colaboración) mientras que The New York Times le llamó el equivalente en la moda de “asesinato-suicidio”.





Fotografías por Harley Weir; fotografía de la pasarela por Yannis Vlamos.
Ah, pero los diseñadores no van a dejar de buscar inspiración (copiar y/o incorporar) en las firmas el espíritu de la juventud callejera que lo último que piensa es en artículos de lujo. Tomemos por ejemplo al, pareciera omnipresente, Demna Gvasalia quien, para su segunda colección de hombres para Balenciaga recurrió al mismo y exitoso método que sigue con su firma Vetements: ver lo que las personas jóvenes comunes y corrientes usan y explotarlo. En este caso se inspiró en las personas que trabajan en las oficinas de Kering, el conglomerado dueño de Balenciaga, por lo que la colección incluía trajes con sacos ligeramente oversized, puffer jackets, corbatas delgadas sobre camisetas azul claro y la incorporación del nombre de la firma en un diseño sumamente parecido (por no decir “exactamente igual”) al que Bernie Sanders utilizo para su campaña a la candidatura del partido demócrata americano el año pasado. De hecho, luego de la presentación de la colección, Sanders hizo una especie de reseña graciosa pero llena de verdades sobre la colección (publicada por TheCut) donde resumió a la perfección lo que muchos pensábamos de la colección como que los trajes son “muy de los ricos del 1%”, que algunos outfits parecían disfraces tan ridículamente grandes que bien se podría esconder “un gran martillo en esos bolsillos gigantes” para asaltar un banco, y como otros conjuntos ya han sido usados por personas en Vermont por “años” (y también los chicos con menos estilo de tu facultad).



Fotografías por Monica Feudi.
Pero quizá 2017 no sea precisamente recordado por los pequeños avances en cuestiones de diversidad (¡aunque esperemos que sí y que sean muchos más!) o por sus colaboraciones sino por la cantidad de cambios en el calendario y en la forma en que las firmas están presentando sus colecciones y acercándose a sus compradores. Tan solo en esta primera etapa de presentaciones (faltan las presentaciones de las colecciones de otoño-invierno 2017 para mujeres) ya hubo significativos cambios.

Por la gran cantidad de trabajo que significaba tener tantas divisiones, por ejemplo, Vivienne Westwood combinó su colección para hombres y una de sus divisiones menores llamada Red Label, en una sola firma y presentación bajo el nombre de la diseñadora y fundadora. Su primera colección bajo este formato, como ya escribí en la reseña correspondiente, no se alejó en nada del espíritu punk y eco-friendly de Vivienne Westwood (diseñadora y firma) que Andreas Kronthaler, el director creativo, supo canalizar y que le permitió, incluso, abordar el tema de las colecciones genderless.



Moschino continuó presentando su colección para hombres con su colección para mujeres pre-fall como lo ha hecho desde la temporada pasada. Jeremy Scott homogeneizo ambas colecciones que incluían inspiración extraída de Transformes (ay, Jeremy), vibras militares, accesorios hechos en colaboración con la fabricante de joyería Judy Blame y la pretensión de Jeremy Scott de querer mostrarle al mundo lo mal que lo está pasando Estados Unidos a través de sus diseños, algo casi imposible, seamos honestos, cuando tu inspiración principal son los Transformers.


Fotografía por Martina Ferrara.
Por otro lado (uno mucho más elegante), Alexander McQueen fue de las pocas firmas que prescindió de los desfiles y, en su lugar, optó por presentar su nueva colección para hombres (inspirada en Oscar Wilde) por medio de un lookbook con fotografías de Ethan James Green.









Raf Simons no optó por un nuevo formato pero sí por una nueva ciudad. 

El diseñador volvió a presentar la nueva colección de su firma homónima en un lugar distinto a la habitual ciudad de París (la temporada pasada lo hizo en Florencia), en esta ocasión, la ciudad de Nueva York a la que se ha trasladado desde que fue nombrado director creativo de Calvin Klein (cuya colección debut será presentada la semana próxima ¡¡!!). La colección, de hecho, estuvo inspirada en Nueva York y, por supuesto, en el clima politico-social americano que se está viviendo en estos momentos luego de que Donald Trump tomara posesión como presidente de Estados Unidos.

En el backstage del desfile Simons dijo que se había inspirado, concretamente, en cómo sentía Nueva York ahora que vive en la ciudad en contraste a la primera vez que llegó a la ciudad hace 20 años.

Así, entre collares de perlas y gabardinas de satín, el diseñador incluyó algunas piezas como suéteres de punto con el clásico I ♡ NY en referencia al sentido turístico que hay en la primera visita a Nueva York de todo el mundo. En cuanto a la situación actual de América, entre la tipografía que abundó en la colección estaba la frase “Walk with Me” en referencia a lo fatal de la situación sino en el aspecto solidario y de unión que se puede extraer de la misma.


Pero, a todo esto, ¿está el futuro de la industria en estos nuevos formatos? ¿en presentar tu colección en una ciudad diferente a la habitual? No lo sabemos, realmente, pero es claro que la introducción de los mismos responde a la preocupación de la industria por el futuro. No es una preocupación nueva, por supuesto, pero sí podemos decir que ha incrementado bastante y esta serie de presentaciones lo demuestran.

Sébastien Meunier, por ejemplo, introdujo directamente las palabras “el futuro” en francés, en la nueva colección de Ann Demeulemeester. En letras cursivas, las palabras “L’avenier” fueron bordadas en una especie de gruesos chokers de seda y en camisetas que aparecieron junto a sombreros y abrigos adornados con plumas, fur coats y estolas.   


Fotografías del backstage por Martina Ferrara.
Pero no solo hay que pensar en el futuro y en lo prospero que esperamos que sea. Hay que hacer algo al respecto. La industria, entonces, se está inclinando hacia los jóvenes, el futuro materializado. Se les ha dejado de ver como simples asientos llenos en la front row (como se constató en Dolce & Gabbana) para dejar que se involucren. Se ha comenzado a confiar en ellos, a pensar en ellos. Porque, finalmente, la industria de la moda es y será consumida por los jóvenes. Kriss Van Assche lo sabe, por ejemplo, y lo sabe tan bien que cuando tuvo que pensar en cómo renovar los clásicos trajes masculinos para la nueva colección de Dior Homme, las generaciones jóvenes llegaron a su mente como un soplo de aire fresco. Porque, vamos, todo el mundo está aburrido de los clásicos trajes. Si se va a salvar al mundo de, no sé, Donald Trump, que mejor que hacerlo en trajes con estampados más interesantes que los aburridos de cuadros, con pantalones más holgados, o en conjuntos combinados con guantes de piel o una amplia gama de fur coats.


Fotografías por Yannis Vlamos.
Otras firmas están enfrentándose al futuro con cambios no solo en la forma en la que presentan sus colecciones (por mencionar un ejemplo) sino con cambios en sus direcciones creativas porque, finalmente, eso involucra nuevas visiones. Marni, por ejemplo, presentó su primera colección luego de que la directora creativa y fundadora de la firma Consuelo Castiglioni dejara la firma y Francesco Risso la sustituyera. El diseñador debutó con una colección que se ha entendido como el guardarropa de un hombre que se encuentra en medio de la experimentación juvenil y la madurez compuesto de piezas como fur coats, coloridos trajes sastres y outfits donde distintos estampados se combinaban audazmente.


Fotografías por Kim Weston Arnold.
Givenchy, se enfrentará a un ejercicio parecido la próxima temporada. El mismo día que la toma de posesión de Trump (¡fatalismo!), Riccardo Tisci presentó la que sería su última colección para la división de hombres de la firma aunque por supuesto no lo sabíamos que consistió en trajes de siluetas afiladas y con botones de diamantes, y prendas con estampados inspirados en imágenes totémicas y las máscaras japonesas del kabuki. Hace apenas unos días el diseñador anunció que dejaría el puesto de director creativo de Givenchy y los rumores dicen que podría irse a Versace así que no duden que la próxima temporada (primavera-verano 2018, ¡¡2018!!) sea más excitante que esta.



Fotografía por Lucie Rox.

Después de todo, parece que la moda masculina no es tan obsoleta.


E N T R A D A S P O P U L A R E S