Simone Rocha otoño / invierno 2017.

Tres generaciones de modelos colisionaron en la pasarela donde se presentó la colección para otoño-invierno 2017 de Simone Rocha en un ejercicio de reflexión, identidad, y, sobre todo, inclusión. 

Fotografía del backstage del desfile por Jacob Lillis.

Hace un par de meses creía que lo más novedoso que nos podía ofrecer la industria de la moda en estos tiempos era combinar sus colecciones de hombres y mujeres, optar por el see-now-buy-now y salirse de los calendarios oficiales. Supongo que estaba pensando en términos comerciales si se le puede llamar de alguna forma. Pensaba en términos de firmas y no en términos de personas, de diseñadores, es decir, la verdadera alma de las firmas. 

Como toda forma de arte, la moda es subjetiva. La idea general detrás de una colección muchas veces esta directamente influenciada por los acontecimientos de la vida del director creativo: de cosas banales como la película que vio o el lugar donde pasó sus últimas vacaciones hasta cosas más importantes como si se convirtió en madre o si ha reflexionado sobre su identidad, como sucedió con Simone Rocha esta temporada. 

En el backstage del desfile, Rocha explicó como, mientras trabajaba en esta colección para su firma homónima, reflexionaba sobre su identidad y por consecuencia la de su firma. Si bien en muchos medios se le cataloga de ser una firma romántica y femenina (por la gran cantidad de volantes, encaje y tul que abundan en los diseños), Rocha pretende que su firma también sea inclusiva. Después de todo, hablamos de una treintañera irlandesa de ascendencia china, por lo que los temas de inclusión deben de preocuparle bastante, o al menos eso se pudo apreciar en el show donde presentó su colección para otoño-invierno 2017. 

Rocha quiere que su firma sea para madres, sus hijas y las hijas de sus hijas, que sea, es decir, para toda clase de mujeres. Esta temporada quiso reflejar lo anterior de la forma más fácil y con mayor repercusión: el cast.


Fotografía del backstage del desfile por Jacob Lillis.
Compuesto por treinta y siete chicas, el cast que modeló la colección más reciente de Simone Rocha estuvo compuesto por chicas de todas las nacionalidades y todas las edades. Tres generaciones colisionaron en la pasarela, usando diseños que, según la diseñadora, fueron pensados alrededor de una idea de contrastes: protección frente a fragilidad (la "protección" puede ubicarse en los abrigos con vibras militares, la paleta de colores predominantemente oscura y hasta las toscas sandalias que usaron algunas modelos, mientras que la "fragilidad" podía ubicarse en los Simone-Rocha-ismos como la estética victoriana y el uso de materiales como tafetán, o en adornos como las flores bordadas o estampadas en diversas prendas). 



Así, un puñado de topnewcomers en sus veintes (como la británica de ascendencia marroquí Nora Attal, la mexicana Mariana Zaragoza, las dominicanas Lineisy Montero y Elibeidy Danis, la coreana Sora Choi, la brasileña Lorena Maraschi, la rusa Odette Pavlova, la nigeriana Mayowa Nicholas o la británica Adwoa Aboah) lideradas por la argentina Mica Arganaraz (quien abrió el desfile), caminaron junto a leyendas del modelaje de los noventa y principios de siglo (como la francesa Audrey Marnay y la americana Jamie Bochert), e incluso de los setentas (como la italiana Benedetta Barzini).

Marie Sophie Wilson Carr, Nora Attal, Mariana Zaragoza, Sora Choi, Audrey Marnay y Benedetta Barzini en la pasarela
Porque cuando una diseñadora independiente se preocupa por poner a septuagenarias y chicas de color en la pasarela puedes tener por seguro que sus intenciones son grandiosas y su compromiso con la diversidad es mayor que el de muchos de sus colegas de alto perfil. 

Fotografías de la pasarela por Marcus Tondo y Kim Weston Arnold para Indigital.tv vía Vogue Runway

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