Vivienne Westwood otoño / invierno 2017.
Antes que otra cosa, Vivienne Westwood es punk.
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Final del show de otoño/invierno 2017 de Vivienne Westwood. Fotografía vía i-D. |
El formato ready-to-wear fue adoptado por muchas firmas durante el año pasado. Este año quizá no pierda fuerza pero seguramente será opacado por un formato que, me parece, resulta mucho más significativo y amable para la industria y todos los involucrados: para este 2017, muchas firmas decidieron fusionar sus líneas para hombres y mujeres para crear una sola.
Los beneficios que se obtienen al optar por este formato son varios comenzando con el importante hecho de que una firma se unifica en cuanto a conceptos: al crearse ambas colecciones al mismo tiempo, la visión es uniforme. También, el número de presentaciones y la producción se reduce lo que significa menos presión anual para todos. Las personas en Vivienne Westwood saben de esto mejor que nadie; hasta hace poco la firma contaba con una línea para hombres, MAN, dos divisiones para mujeres Red Label y Gold Label (que después fue renombrada como Andreas Kronthaler for Vivienne Westwood) y una línea para novias. El trabajo, seguramente, era descomunal.
Por ello, la firma decidió combinar, bajo el nombre de la diseñadora, a MAN con Red Label y ayer, durante la semana de la moda en Londres donde se presentan las colecciones de ropa masculina, se llevo a cabo la primera presentación bajo este nuevo formato (Vivienne Westwood fue la primera firma pero no la única que se embarcará en esta nueva revolución, Gucci y Calvin Klein también lo harán esta temporada).
Andreas Kronthaler, director creativo y esposo de Vivienne Westwood, explotó otro de los beneficios que se puede obtener de este nuevo formato aunque su ejecución depende del diseñador a cargo y es el de crear colecciones genderless.
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Marta Placzek en el backstage del desfile usando el look que cerró el show. |
Y es que, parece que ahora más que nunca la industria de la moda esta haciendo desaparecer las barreras entre lo masculino y lo femenino, aunque, al menos a mí me parece que la sociedad todavía se resiste a aceptar que, especialmente los hombres, usen vestidos o se maquillen (por mucho que Jaden Smith aparezca con falda en Coachella o James Charles sea rostro de Covergirl).
Pero por muy delicado que sea el estado en el que aun se encuentre el asunto genderless, quién mejor que Vivienne Westwood, mujer y firma, para confrontarlo. Porque antes de ser escritora, diseñadora, defensora del medio ambiente y abogar por el uso de energía limpia (esta colección tuvo muchas referencias a esto: la palabra Ecotricity que se pudo ver en las coronas que usaron los y las modelos fue en referencia a la compañía del mismo nombre fundada por Dale Vince en 1996, la primera en Reino Unido en proveer energía renovable), Vivienne Westwood es punk.
Greg Graffin, vocalista de la banda de punk Bad Religion, alguna vez dijo que "el punk es la lucha constante contra el miedo a las repercusiones sociales". A Vivienne Westwood nunca le han importado las repercusiones y siempre ha ejercido la libertad de expresión, de creación; por eso se atreve a poner en la ropa parches (PUNK) que dicen "what's good for the planet is bad for the economy" (lo que es bueno para el planeta es malo para la economía), a estampar su propio rostro en vestidos y camisetas, a vestir a un chico con un vestido asimétrico de tul y mandarlo a caminar por la pasarela mientras suena un remix del compositor del compositor ruso Serguéi Prokófiev.
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Vivienne Westwood en el backstage del desfile usando una de las coronas de la colección. |
Fotografías del backstage por Lucie Rox para Dazed Digital y de la pasarela por Marcus Tondo / Indigital.tv vía Vogue.